I’m happy to announce that a small book has finally seen the light, based upon a course given in 2019 at the University of Gabriela Mistral, Santiago, Chile. I thank my friend Pablo Maillet most heartily for the work he has put into this work as its editor—especially in smoothing over the various infelicities of gringo Spanish—, and for his kind words in his introduction. The back cover description is below, followed by the editor’s introduction.
¿Es incompatible la Teoría del Big Bang con la idea de Dios Creador? ¿La ciencia moderna, ya dijo todo respecto al origen del universo? ¿Es posible hablar de Dios con respecto al origen del Universo en pleno siglo XXI?
Este libro nació de un curso de extensión ofrecido en la Universidad Gabriela Mistral el año 2019. Se trata de un tema en el que el autor, el profesor John Brungardt PhD en filosofía de la ciencia, ha trabajado desde hace algunos años. Profesor Asistente de Filosofía en el School of Catholic Studies de la Newman University en Wichita, Kansas, Estados Unidos. Especializado en filosofía de la naturaleza y filosofía de la ciencia. Su tesis doctoral en la Catholic University of America versó sobre The Primum Mobile in the Thomistic Aristotelianism of Charles De Koninck: On Natural Philosophy as Architectonic. El profesor Brungardt es miembro de la American Catholic Philosophical Association y de la Society of Catholic Scientists de Estados Unidos, y forma parte activa del proyecto internacional The Sacra Doctrina Proyect y es editor de The Charles De Koninck Project.
El año 2017 el profesor Brungardt realizó una pasantía de investigación posdoctoral en Chile durante dos años, cuyo proyecto Aristotelian Causes in Modern Cosmology? Charles de Koninck’s Philosophy of Science (Proyecto N° 3170446) en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Dicho proyecto lo llevó a conocer a filósofos y científicos chilenos interesados en temas afines al él.
La Universidad Gabriela Mistral se interesó por su trabajo, y de ambos nació la idea de difundir estas investigaciones a un público general, llevando el lenguaje técnico y científico a un lenguaje accesible. Trabajo que no es fácil de hacer, especialmente considerando los límites idiomáticos. Al curso asistieron abogados, un agrónomo, un cientista político, un dentista, un profesor escolar, entre otros alumnos, confirmando así la necesidad de proseguir con la difusión de la relación ciencia y fe o fe y razón, la Universidad ha realizado el esfuerzo de editar dicho curso y llevarlo a la mayor cantidad de personas posibles interesadas en las preguntas fundamentales sobre el origen del Cosmos.
En este libro se encuentra un diálogo filosófico entre la cosmología moderna, la rama de la física y la astronomía que estudia el Universo y su origen, y la filosofía tomista, pues, para el autor, Santo Tomás de Aquino representa la mente más luminosa capaz de entrar en dicho diálogo con autores como Stephen Hawking, y otros teóricos que han intentado comprender el Universo y su origen.
PRESENTACIÓN
Un libro, siempre es una épica. Un nosotros.
En mi calidad de editor, también me complace agradecer a quienes hicieron que este libro, que se originó con un curso dictado en nuestra universidad, pudiera ver la luz algún día.
En primer lugar, al autor, el profesor John G. Brungardt, actualmente Profesor asistente de filosofía en la escuela de Estudios católicos en la Newman University, en Wichita, Kansas, Estados Unidos. Doctor en Filosofía por la Universidad Católica de América (Catholic University of America), con una tesis sobre el Primer Motor en la filosofía aristotélico-tomista del profesor Charles De Koninck. Su acercamiento a Chile fue por medio de un proyecto de Postdoctorado en la Pontificia Universidad Católica de Chile, un proyecto Conicyt-Fondecyt 2017-2019, precisamente sobre filosofía de la ciencia, la causalidad aristotélica en la cosmología moderna.
También agradecer en aquella época, cuando se realizó el curso que inspiró el presente libro, al rector de entonces, don Hipólito Zañartu, quien no sólo confió en el proyecto, sino que asistió como alumno a las clases, lo cual lo retrata en su totalidad, una persona humilde, abierta al aprendizaje, consciente de la diferencia entre lo importante y lo necesario y por sobre todo, un cristiano consecuente, donde dice la fe que no hay que claudicar, y donde dice que no hay que bajar los brazos, don Hipólito ha cumplido.
Agradecer también a los alumnos que asistieron a este curso el año 2019, que pese a toda dificultad institucional asistieron y aprendieron según ellos mismos relatan. A Marina, esposa de John, que con su generosidad nos entregó a su esposo para que pudiera entregarnos aquello que había adquirido, posponiendo tiempo familiar importante, en aquél entonces, ella esperaba a su primera hija, Lucy. Un testimonio de familia católica que se entrega unida a servir al prójimo.
Por último, quisiera agradecer a Sebastián Buzeta, Director de la Escuela de Humanidades, por la perseverancia y el celo para continuar después de dos años con el proyecto inicial de publicar la obra del profesor Brungardt, y por encomendarme a mí nuevamente su edición y publicación, fue como volver a reencontrarme con ese precioso curso que le oí en vivo y en directo al profesor Brungardt.
El siguiente libro nació de un curso que el profesor Brungardt ofreció y dictó en la Universidad Gabriela Mistral (UGM), en Santiago de Chile, en la sede de Ricardo Lyon. Conocí al profesor Brungardt en un congreso de Filosofía y mientras él realizaba su posdoctorado en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Durante nuestras conversaciones en torno a la filosofía, la cultura cristiana, la crisis social, moral e intelectual que azota a Occidente, surgió la idea de que dictara un curso con nosotros, en un momento en que la UGM estaba pasando por problemas financieros y ajustes institucionales serios. La calidad del profesor y del curso mismo, contrastaba con la realidad institucional que se vivía. El escenario era como mientras Roma caía, filósofos como San Agustín proclamaban la verdad, firme, permanente, serena y profunda. Y no es una exageración la analogía. ¿Cómo se puede hacer filosofía en ambientes donde el pensamiento está excluido, rechazado, negado, prohibido, menospreciado o simplemente cuando no parece el momento para ello? Chesterton decía que en los momentos de crisis es cuando más se necesita al filósofo. Lo mismo ocurre a nivel doméstico. Si tengo un problema en casa, no funciona el agua, ni el gas, ni las puertas cierran bien, debo sentarme a pensar. Primero a quién llamo que pueda resolver problemas tan disímiles. Segundo, a pensar cuál o qué puede generar un problema tan diverso. Pero lo primero es pensar. Si me convierto en un activista, y llamo al fontanero, sin pensar mucho más, veré en seguida que sólo pudo –si es que pudo- resolver el problema de la grifería y el gas. Pero quedarán otros problemas sin resolver. Cuando el mundo, occidente, o una entidad en particular se encuentran en problemas, cuando todo parece indicar que no es el momento de reflexionar, de filosofar, quizás lo es precisamente por eso.
El curso del profesor Brungardt ofreció un respiro. Fue un oasis en medio de la crisis institucional que vivíamos, y significó fortalecer la esperanza en que las Humanidades, con una sólida tradición histórica en la UGM, podrían ser una luz en la oscuridad. Y así parece haber sido. Cuando la institución logró estabilizar su gestión directiva, uno de los elementos más llamativos por su calidad, según señalaron algunos de sus nuevos directivos, era, precisamente, el valor de las humanidades, su calidad y su prestigio.
Cuando escribo al fin esta presentación, como editor del libro, me doy cuenta que esto fue así, y que las humanidades están llamadas a reflexionar, aún en momentos de crisis, a entregar esperanza, por el sosiego que las mueve, y a entregar certezas en momentos de incertidumbre. No fue fácil. Como este libro se gestó en su origen a partir de un curso de extensión, la organización y planificación de ese mismo curso en medio de las diversas crisis institucionales que vivía Chile fue muy difícil. Tuvimos que pensar bien el tema y la audiencia con el profesor Brungardt: qué era necesario enseñar, que fuera atractivo para todo público, y formativo al mismo tiempo, en un país y en una universidad carcomidos por el activismo y la falta de costumbre de vida contemplativa, es decir, rescatar el valor de las humanidades. Teníamos que considerar también la experiencia y conocimientos filosóficos de quienes asistirían, y delimitar el tema según ello. También teníamos que organizar lo administrativo con una institución atravesando una crisis, donde era difícil conseguir fondos para financiar al profesor, incluso disponer de espacios, debido a falta de personal. Se logró. Y meses después vino la idea de publicar el curso. Pero en Chile, precisamente ese mismo año, estalló una crisis social de proporciones históricas, conocidas ya por todo el mundo. En su momento fue difícil explicarle al autor, ya en ese momento de regreso en su tierra natal, Estados Unidos, que las empresas editoriales e imprentas estaban cerradas por el peligro de saqueos y robos. Tuvimos que esperar un tiempo. Tiempo que se alargó demasiado, pues aún hoy, cuando firmo esta presentación, la crisis social y política, continúa. Sumado a esto, vino la Pandemia, que no sólo retrasó toda industria, incluída la editorial, sino que modificó las prioridades de toda institución, a nivel global. Sin embargo, la gestión de la nueva Dirección Institucional de la Universidad, encabezada por don Sergio Mena, Rector, Rossana Fiorentino, Vicerrectora, María Jesús Muñoz, Directora de Investigación y Doctorados y don Sebastián Buzeta, Director de Humanidades, han permitido sacar adelante, y pese a todo obstáculo aquí descrito, este antiguo y valioso proyecto humanista. Valoramos la infinita paciencia del autor, su confianza con todos nosotros, pero también la de las autoridades de aquél entonces y las actuales, quienes pese a todo permiten que, desde el curso, este libro pueda ver la luz al fin.
Dios, fe y el Big Bang
Dentro de la filosofía de la ciencia, uno de los temas más característicos es la discusión en torno al origen del universo. Enfrentar el creacionismo con la teoría del Big Bang parece obvio para quienes incursionan en la filosofía de la ciencia. De modo masivo, se tiene la idea de esta contradicción. Sin embargo, cuando uno se acerca con seriedad y profundidad al tema, encuentra matices.
La supuesta oposición entre ciencia y fe, tiene su fundamento histórico en la Ilustración y en ciertos autores virulentos hacia la fe, que estamparon aquellos prejuicios de la religión como persecutora de la fe, y en particular, de la fe negando todo aspecto de la teoría del Big Bang. En esto, el profesor William Lane Craig de la Universidad de Biola, en Estados Unidos, ha hecho un trabajo formidable de difusión, esclareciendo la verdad sobre este prejuicio, y reivindicando pensadores cristianos, y explicando de forma erudita pero entretenida, la verdad de la fe cristiana en la Creación y los puntos compatibles con la ciencia moderna y contemporánea sobre el Big Bang, especialmente en su libro Theism, Atheism and Big Bang cosmology. Esa era en cierta medida la pretensión final del curso que el profesor Brungardt ofreció en nuestra universidad: difundir la verdad de la relación veritativa entre ciencia moderna y fe.
El científico Georges Lemaitre, conocido investigador y científico de la universidad de Cambridge, Inglaterra, fue ordenado sacerdote en 1923, el mismo año que ingresó a dicha universidad. Sus cursos de relatividad general y cosmología, aplicados en la Universidad Católica de Lovaina, fueron los mismos que ofreció en universidades seculares como Harvard y en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) donde interactuó nada menos que con Albert Einstein y Robert A. Millikan profesor del Instituto Tecnológico de California (CALTECH). Si bien las tesis de Lemaitre no fueron bien recibidas entre aquellos científicos, al menos fueron consideradas. Con el paso de los años y el intercambio académico entre Lamaitre y la comunidad científica de Europa y Estados Unidos, las teorías de la expansión de Lamaitre ostentaron serias consideraciones. James Peebles, profesor de la Universidad de Princeton en la cátedra Albert Einstein, ha sostenido “creo que en los años 30 Lamaitre comprendió la teoría de la relatividad general de Einstein mejor que nadie”, palabras del Premio Nobel de física 2019, otorgado el mismo año en que el profesor Brungardt ofrecía este curso. Algo tardío para quien el papa Pio XII nombró miembro de la academia Pontificia de Ciencias el año 1936.
El propio Papa Francisco se ha pronunciado sobre el tema diciendo: “El Big Bang no contradice la intervención creadora divina, sino que la exige” siguiendo las enseñanzas de su predecesor, Benedicto XVI, quien rebatiendo al científico Stephen Hawking, en cuyo libro El gran diseño, sostenía que no era necesario acudir a Dios para explicar el origen del universo. Benedicto XVI decía: “no debemos dejar que nos limiten la mente con teorías que siempre llegan sólo hasta cierto punto y que, si nos fijamos bien, no están en competencia con la fe, pero que tampoco pueden explicar todo, ni el sentido último de la realidad”.
A este respecto apuntó el curso del profesor Brungardt con su curso, ¿qué significa explicar algo? Es la primera pregunta que nos hizo el profesor aquél 2019. La explicación causal, considerada sólo como causa material de algún fenómeno es satisfactoria para funcionar u operar en materia de teoría científica. Sin embargo, ¿es realmente la explicación definitiva, última, dirá la terminología escolástica? Esa explicación causal que considera también lo que los pontífices llaman, satisfacer al corazón. No basta simplemente con explicar el cómo funciona algo –su causalidad material- sino que para el ser humano, que es un ser racional, contemplativo y capaz de encontrar sentido, exige un conocimiento de la causa final siguiendo con la misma terminología escolástica. Ahí entra la importancia de hacer entrar en diálogo la cosmología moderna, de corte hawkiniano o einsteniano con la reflexión metafísica escolástica, cuyo mejor representante es, sin duda, santo Tomás de Aquino.
La bendita intromisión de la filosofía tomista
La esencia de la filosofía tomista, como sostienen grandes intérpretes de la filosofía del Aquinate, es la profundización de la doctrina aristotélica del acto y la potencia, doctrina que, por lo demás, le sirvió al estagirita para elaborar sus propias teorías sobre el origen del cosmos. Sin embargo, estas tesis del genio griego, han sido profundizadas, no superadas como tienden a vociferar los discípulos, conscientes o inconscientes de Kuhn, pues sabemos que en la verdad no existe superación sino profundización, corrección o interpretación. Lo otro, aquello de la superación, no es más que la totalización de la parte experimental de la ciencia a toda rama del conocimiento humano, incluso se puede oír el vocablo ese de superación para referirse al arte. Cosas de la vida, dirían por ahí. La teoría aristotélica del acto y la potencia, que le sirviera a Aristóteles para formular su propia teoría del origen del mundo físico, encuentra en santo Tomás de Aquino su plenitud. En el opúsculo De Ente et Essentia, presenta el grado de profundización en la contemplación de estos principios explicativos que Aristóteles utilizara para la física, aplicados a la metafísica, configurando así, a muy temprana edad, el núcleo de su filosofía.
Por cierto que ha habido trabajos notables de diversos tomistas y en di- versas épocas sobre estos temas, dejando afuera decenas de filósofos y obras geniales y clásicas, pero sólo por nombrar lo más reciente, podemos destacar los trabajos del profesor William E. Carroll de la universidad de Oxford, quien también visitó nuestra universidad para el Simposio de Estudios Medievales del año 2018. También destacan los trabajos recientes del profesor Juan José Sanguineti, y el reciente libro publicado en español, escrito por el profesor Edward Feser de Pasadena City College, Cinco pruebas de la existencia de Dios, no sólo confirman la vigencia y actualidad del tema de unir la filosofía tomista con la ciencia o cosmología moderna, específicamente en la discusión sobre la Creación y el Big Bang.
La intromisión del tomismo en la discusión sobre el origen del universo, o para explicar aquello a lo que el Papa Benedicto apuntaba: para explicar el sentido y la causa última que otorga ese sentido al universo, no basta la teoría del Big Bang, que explica sólo su origen material, diríamos. Sino que se hace necesario explicar el sentido, el para qué. Esto último no es incompatible con lo que sabemos de la teoría del Big Bang, como explicaba el profesor Brungardt en su curso y como se explicará a lo largo de este libro. Puesto que el Big Bang, como lo conocemos, explica, como decía Platón salvando el fenómeno, pero Tomás de Aquino, apoyado en la reflexión física de Aristóteles, logra explicar la necesidad de una ignición inicial que ponga en acto la pura potencia, como se le denomina a la materia. En esto, el profesor Brungardt, con impecable lucidez, logró encantar a una audiencia compuesta por abogados, un dentista, cientistas políticos, entre otras profesiones, todas provenientes de ámbitos ajenos a la ciencia, la cosmología o la metafísica tomista. Bendito sea Dios, que con un excelente profesor, un gran tema, y unos maestros como los que cita el profesor Brungardt a lo largo de su obra, pueden acercar sin hacer burdo un conocimiento de la más alta exquisitez intelectual, como es la discusión del origen del universo, donde científicos y filósofos han desgastado sus mentes y vidas por siglos.
Este libro que presentamos, ha sido fruto de un trabajo fino, desde la selección del tema, por supuesto el profesor, la misma audiencia, y posteriormente la decisión de editar el curso. Nada ha sido fácil, como dijimos al inicio, todo estuvo afectado por situaciones absolutamente ajenas tanto al autor como a su editor, crisis sociales en Chile, crisis institucionales de la universidad, crisis mundiales que condujeron a una pandemia inusitada en la historia humana. Pero del mismo modo en que el Universo se ordena pues responde a un orden otorgado desde antes de su existencia, al cual los creyentes le llamamos Providencia. Del mismo modo, y esa misma Providencia, ha querido que a pesar de todo lo descrito, este libro pudiera salir a la luz, con el único propósito de iluminar las mentes de quienes, en la Providencia, se encuentren con este libro.
Pablo G. Maillet Aránguiz
Editor
Coordinador Académico Centro
de Cultura y Vida Cristiana
Universidad Gabriela Mistral
3 de diciembre de 2021
Felicitaciones!
On Wed, Mar 23, 2022 at 7:37 PM John G. Brungardt wrote:
> John Brungardt posted: ” I’m happy to announce that a small book has > finally seen the light, based upon a course given in 2019 at the University > of Gabriela Mistral, Santiago, Chile. I thank my friend Pablo Maillet most > heartily for the work he has put into this work as its edit” >
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